miércoles, 8 de mayo de 2019

Y el MIÉRCOLES finalizamos los talleres de Semana Santa

El miércoles  también tuvimos dos talleres uno por la mañana y otro por la tarde.

En el turno de la mañana preparamos dos platos dulces: unos PASTELITOS de CHOCOLATE y un plato de nuestras típicas TARBINAS, TALBINAS o TALVINAS que respecto del nombre, los de la tierra no se ponen de acuerdo, aunque la "RAE" da por correcto talvina, aclara que procede del árabe hispánico attalbína y ésta a su vez de árabe clásico talbínah  refiriéndose en cualquier caso a unas gachas con leche de almendras. Si bien, aquí se suelen hacer con leche de cabra o vaca; y las almendras van enteras, fritas con los "coscurrillos" de pan también fritos.

Comenzamos con el chocolate, para que nos diese tiempo a meter los pastelitos al horno y que se los pudiesen llevar:
(sentimos mucho la escasez de fotos...,algunos se movían tanto que sus fotos están demasiado borrosas para poderlas incluir, pero las que hay son muestra clara de cómo fue todo 😋).







Qué formales parecen... ¿no?














Y por la tarde, les tocó el turno al grupo de ADOLESCENTES, su propio nombre da miedo, y no es para menos, porque... "madre mía, qué terremotos". 
La tarde ya comenzó movidita: había tres posibles recetas para hacer y 8 chicos para hacerlas.
Así que preguntamos:
 - ¿cual hacemos: borrachillos, tarta de limón o tarta de chocolate? (La idea era hacer dos de ellas), y aquí viene el primer punto en desacuerdo (típico de adolescentes),

unos: -"tarta de limón y tarta de chocolate",
los otros: -"borrachillos y tarta de chocolate"

... puf.

A cortar por lo sano, dos grupos y a empezar, a ver lo que les da tiempo a hacer.

Preparamos los ingredientes, los utensilios y la receta. Manos a la obra.

-Pero, chicos - les advertí- me preguntáis cuando tengáis alguna duda.
Y cada grupo se puso a lo suyo.

Un grupo comenzó por los borrachillos, luego hicieron la tarta de chocolate, y finalmente pudieron hacer (aunque con prisas), la tarta de limón.
Y el otro hizo primero la tarta de limón (si bien se olvidaron de algún que otro ingrediente), después la de chocolate y acabó con los borrachillos.

Los resultados de los platos fueron, cómo decirlo... diversos:

La tarta de chocolate, era "una apuesta segura", los borrachillos no entrañan demasiada complicación, pero la tarta de limón, ay la tarta de limón...

Sin embargo, y pese a que se escondieron unos a otros los ingredientes, se cambiaron temperaturas del horno, se entorpecieron los trabajos y que al acabar, por la cocina parecía que había pasado un tornado,  nos lo pasamos genial.

Y aquí dejamos algunas imágenes como recuerdo.
¡Hasta la próxima!